Tras 3 votaciones sin ningún consenso, las posibles salidas para el Brexit siguen sin trazarse con acuerdo. La primera ministra británica, Theresa May se ve cada vez más presionada y con menor respaldo en el grupo tory.
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Todo beneficia a la oposición
La oposición sigue sin acordar por mayoría ninguna de las 8 vías de salida propuestas para el Brexit, aunque la de pertenencia a la unión aduanera es la que cada vez cobra más peso. No obstante, para ellos también es interesante alargar el plazo.
Si May no consigue un consenso, incluso cuando próximamente acuda a negociar con la oposición, cara a cara, salidas viables, podrían forzar unas elecciones anticipadas y jugar el “voto Brexit” para recuperar el poder en el país.
La Unión Europea atenderá las solicitudes de May
Ahora, Theresa May tiene también un aprieto en la representación europea. Va a acudir a solicitar un mayor plazo para la decisión del camino del Brexit, que teóricamente termina el próximo 10 de mayo.
Sin embargo, los plazos se aprietan. Si Reino Unido sigue sin haber decidido el Brexit a seguir antes del 22 de mayo, estará obligada a participar en las elecciones europeas. Esto supondría psicológicamente un baño de agua fría para una población que, aunque por minoría, votó ya hace demasiado tiempo desvincularse de las decisiones europeas.
Por otra parte, la Unión Europea insiste en que las condiciones de ruptura ya están pactadas entre ellos y el país británico. Por tanto, la solicitud de entrar en la Unión Europea es prácticamente seguro que no estará exenta de importantes condicionantes.
La última carta de May
Tampoco es razonable subestimar a la primera ministra. May ha desvelado que se guarda una última carta, una batería de propuestas que, en caso de no llegar a consenso ninguna de las actuales, las pondrá encima de la mesa.
En ese caso, los parlamentarios se verían tentados a decidir sobre alguna de ellas, bajo unas condiciones desconocidas hasta el momento y que, previsiblemente, podrían ser más atractivas que las que actualmente están decidiéndose.
En todo caso, May debe solucionar esta crisis institucional de Reino Unido antes de las próximas elecciones generales. Si lo consigue y la forma en que lo haga, condicionará sus posibilidades para salir reelegida en el máximo cargo político del país.