En estos momentos cualquier diario llena sus columnas con noticias trágicas: conflictos bélicos en Gaza, Ucrania e Irak, un brote de ébola sin precedentes, disturbios raciales en Estados Unidos, el peligro de que se hunda la economía Argentina… Titulares que deberían encarecer el precio del petróleo como lo han hecho en circunstancias similares a lo largo de la historia. Sin embargo, contra todo pronóstico, el precio del petróleo está marcando mínimos de los últimos años. En barril de Brent de referencia en Europa se sitúa por debajo de los 135 dólares, mientras el Texas ni tan siquiera llega a 100. Una circunstancia que lleva a pensar sobre qué hay detrás del petróleo para encarecerlo o abaratarlo contra toda lógica.
Según algunos analistas económicos que se han pronunciado en las últimas semanas, hay varias razones para justificar el descenso de precios en el crudo. La principal es que los fondos de inversión se están desplazando a mercados alternativos, teniendo en las aerolíneas la principal área donde volcar el dinero (curioso también después de los últimos accidentes aéreos). La crisis ucraniana no ha logrado encarecer el precio, a pesar de que está comprometido el petróleo ruso. Para los analistas el truco está en una caída de la demanda y una superproducción en los puntos de extracción del crudo. A esto se suma una mejora de la economía mundial, baste poner el foco de atención en la mermada prima de riesgo de España, por debajo de los valores que cabría considerar normales.
Al contrario que ocurrió con la pasada guerra en Irak, cuando los precios se elevaron rompiendo todas las barreras psicológicas marcadas por los consumidores, el precio está vez se desmorona en un ambiente geopolítico quizás más cruento. No obstante el gobierno presidido por Barack Obama ha decidido actuar en Irak y la dimisión del presidente puesto tras el conflicto ha aliviado la tensión diplomática, permitiendo garantizar las extracciones de crudo, fuertemente golpeadas durante la guerra. Por otra parte el veto ruso a las exportaciones de productos europeos que puede llevar a la ruina al sector agrícola no parece tener su contraprestación en el crudo. Rusia entrega cada día a Europa cinco millones de barriles, que siguen teniendo la puerta de los Urales abierta, ayudando a aliviar el precio del petróleo, a pesar del conflicto diplomático. Con todo es paradójico que se pueda echar combustible más barato que hace un año.