La gran biodiversidad de la que puede presumir el planeta Tierra no es fruto de la casualidad sino de la propia evolución de cada una de las especies de seres vivos existentes a lo largo de la historia así como la evolución de sus formas de vida y de su interacción con los diferentes tipos de ecosistemas.
Aunque es cierto que no se conoce la cifra exacta de especies diferentes de seres vivos que habitan en el planeta, lo cierto es que los biólogos y los diferentes expertos en la materia estiman que existen más de 30 millones de especies de seres vivos diferentes entre animales y plantas, divididas en diferentes grupos o tipos de seres vivos que en su conjunto forman la biodiversidad.
Todo sobre la biodiversidad
Si atendemos a los lugares y los ecosistemas en los que viven, podemos diferenciar dos grandes grupos de seres vivos, que son los organismos acuáticos y los organismos terrestres. Como su propio nombre indica, los organismos y seres vivos acuáticos son los que viven en el agua, ya sea en el mar, en un río o en un lago; mientras que los organismos terrestres son los que viven en los diferentes ecosistemas que se pueden encontrar en tierra firme.
También podemos diferenciar los grupos de seres vivos que conforman la biodiversidad atendiendo a la forma en l que obtienen la energía que necesitan para realizar sus funciones vitales y poder sobrevivir. Así, encontramos a los seres vivos autótrofos, que son los que producen su propio alimento y su propia energía a través del sol y del agua para poder sobrevivir, y entre los que se encuentran las plantas y las algas, o los organismos heterótrofos, que al contrario que los anteriores, no pueden aprovechar la energía del sol ni del agua, por lo que al no poder fabricar tampoco su propio alimento necesitan a otros seres vivos para alimentarse.
Con todo esto vemos que la relación entre los diferentes grupos e organismos y seres vivos necesita de la relación con los demás para garantizar su supervivencia, conformando así la gran biodiversidad.