La principal diferencia entre los seres humanos y los animales es la racionalidad. Somos capaces de analizar situaciones, dudar y elegir una decisión antes de dejarnos llevar por el instinto. El conocimiento acerca de las ciencias exactas y sociales nos permite avanzar como sociedad. La construcción de viviendas, acueductos, coches, aviones, teléfonos celulares y avances en la medicina son producto del deseo de aprender, facultad adherida a cada persona.
En algún tiempo el conocimiento estuvo solo al alcance de pocas personas. Los adinerados tenían privilegios, veían clases privadas de idiomas, ciencias y buenos modales mientras que la plebe trabajaba por sueldos de hambre en el campo. Sin duda la Revolución Francesa marcó un quiebre en la distención de clases. Los principios de igualdad, libertad y fraternidad hicieron eco alrededor del mundo. Y aunque fue difícil la aceptación poco a poco se fue abriendo paso a unas sociedades igualitarias. Sobre todo en el tema de la educación y conocimiento, que es el tema central en este artículo.
La educación gratuita y obligatoria que se fomentó en muchos países permite la formación de las personas. Sin importar la distinción social, la posibilidad de ir a la escuela es invaluable. Nos aleja cada día más del primitivismo. El contacto con maestros egresados de la Universidad, con libros y el folleto mercadona nos acerca al desarrollo de un ser humano integral. Crece el alma y también el espíritu.
Los ordenadores
Cuando se empezó a expandir la compra de ordenadores, hubo compañías que elaboraron enciclopedias que grabaron en discos. Eran bastos libros enciclopédicos que se encontraban en CD, ocupaban muchos menos espacios que los gruesos volúmenes de información que se conocían hasta entonces.
El conocimiento llegaba a la casa en una forma distinta a la conocida. Ya no eran libros ni cassettes. Los ordenadores permitieron que en una ranura pequeña se introdujera un disco que posteriormente desplegaría en la pantalla información determinada. Sin duda era otro avance de la tecnología.
El internet y los buscadores
Con el nacimiento del internet y los buscadores digitales se desprendió un abanico de opciones nunca antes visto por los adictos al conocimiento. Ya no hacía falta ir a bibliotecas, ir a librerías especializadas para comprar libros específicos para consultar dudas nimias. Solo era necesaria ingresar en la web, ir al buscador de preferencia e introducir la interrogante.
La generación del siglo XXI no entiendo cómo se hacía un trabajo sin buscadores como Google ni Yahoo. Y aunque el conocimiento está a un clic también nació la distracción como nunca antes se había visto. La televisión queda en un segundo plano cuando está presente una computadora con internet. Juegos, videos y redes sociales son algunas de las distracciones que separan al estudiante de aumentar su nivel intelectual. Si bien se puede permitir tiempo para la distracción, es harto conocido que hay quienes no salen de una cuenta en Facebook.
Gracias al internet y los buscadores se abrió una venta para los autodidactas. Solo se requiere interés, una computadora e internet. El conocimiento está allí al alcance de la mano.