Tanto en la “eterna” etapa electoral recientemente vivida como en las primeras semanas tras su término, Ciudadanos y Podemos habían alcanzado posturas supuestamente irreconciliables. Sin embargo, los primeros meses de Gobierno en España les han motivado a demostrar la utilidad del voto de sus partidarios que, en posturas radicalmente opuestas, no consiguen ningún beneficio.
Ciudadanos está actualmente comprometida con su electorado tras las sucesivas muestras de incumplimiento del pacto firmado con el Partido Popular. Medidas relacionadas con la corrupción, los aforamientos o los mandatos presidenciales son cuestionadas desde el equipo de Albert Rivera, secretario general del partido.
Podemos, tras una lucha interna por el poder, se encuentra desligada del PSOE hasta tal punto que necesita más apoyos en su trabajo de oposición al Gobierno y es aquí donde Ciudadanos se convierte en el mejor aliado.
Ambos partidos se han reunido bajo la presencia de representantes políticos, que aseguran haber encontrado posturas en común con las que iniciar medidas como la limitación del cargo de presidente a 8 años o dos legislaturas, de igual forma que sucede en el caso de Estados Unidos.
Otros acuerdos están profundamente ligados a los casos de corrupción que actualmente copan todos los días los medios de comunicación. La investigación y las limitaciones que se pactaron entre PP y Ciudadanos, parece que llevan a un punto muerto bajo el argumento de los primeros de una incompatibilidad legal con lo expuesto en el acuerdo, en base a la normativa vigente en la actualidad.
Ciudadanos tacha la maniobra de inmovilismo y critica la poca voluntad de compromiso de los populares, lo que le ha motivado a buscar nuevos aliados en el resto del conjunto político.
Por lo que respecta a PSOE, parece volver a tener en sus manos la capacidad para conseguir en bloque una oposición efectiva ante el PP, sin embargo su actual situación le motiva a pensar en una sucesión a Pedro Sánchez más unitaria y con mayores probabilidades de victorias electorales.
Será tras la elección del nuevo secretario general cuando realmente se muestre pública la postura del PSOE, que podría sumarse a la alianza Ciudadanos-Podemos o bien actuar como opositor por libre.