¿Las ventajas de la refinanciación de la hipoteca? Lógicamente, representa un alivio porque permite la posibilidad de mantener la vivienda y de poder rebajar el importe de las cuotas mensuales. Eso sí, a costa de ampliar el plazo del préstamo, con sus correspondientes intereses. Obviamente, los bancos van a mirar siempre por sus intereses, así que ten muy presente que, sea cual sea, la solución que se te ofrezca, el banco no va a salir perdiendo.
Sin embargo, más allá de los intereses adicionales, hay otros motivos por lo que la refinanciación de la hipoteca no es siempre la mejor opción. Actualmente, los bancos están teniendo más manga ancha a la hora de facilitar la refinanciación. ¿Por qué? Porque hasta cierto punto tampoco les compensa seguir acumulando viviendas y porque, dentro del Código de Buenas Prácticas, asumieron con el Gobierno el compromiso (que no la obligación) de intentar facilitar soluciones menos drásticas y dramáticas a los deudores hipotecarios.
No obstante, esto no quiere decir que, de una manera u otra, los bancos no vayan a seguir priorizando ante todo sus intereses para proteger su negocio hipotecario.
Así las cosas, más allá de los intereses, la refinanciación de la hipoteca puede “esconder” ciertas trampas que nos pueden salir muy caras en el futuro. La refinanciación abre la puerta para que el banco pueda modificar determinadas cláusulas del préstamo hipotecario que no le interesa mantener, caso por ejemplo del valor de subasta, según advierten desde la gestoría especializada en problemas hipotecarios Descubre Tu Hipoteca.
Antes de refinanciar la hipoteca, es fundamental que analices bien las nuevas condiciones que estás asumiendo. Que el alivio inicial no te lleve a quedarte simplemente con que vas a poder pagar menos al mes porque podrías estar “vendiendo tu alma al diablo”. Analiza a fondo y valora cada condición de tu préstamo hipotecario antes de firmar nada. Solo así te evitarás llevarte una sorpresa desagradable en el futuro. Las hipotecas son para muchos años y el pan para hoy y el hambre para mañana no siempre es la mejor solución.