El paso evolutivo se está produciendo en estos momentos. El último en sumarse a la adaptación tecnológica de la relojería es la firma suiza de relojes de lujo Louis Vuitton. No ha sido un anuncio sorpresa, sino una estrategia que, según responsables de la compañía, ha precisado más de 2 años de desarrollo.
En cada uno de los locales comerciales de la marca, desde el 10 de julio se ha incorporado una nueva versión de su histórico Tambour con modalidad de smartwatch (reloj inteligente). Supone la primera implicación de una marca de lujo del sector, en la incorporación de funciones smart a uno de sus productos.
Previamente otras marcas ya se habían adelantado. Hugo Boss, Guess, Tommy Hilfiger, Michael Kors… son algunas de las empresas que se volcaron en el desarrollo de relojes inteligentes, con el fin de ofrecer también este producto a potenciales compradores.
Sin embargo, el caso de Louis Vuitton es especial. Por un lado la compañía está específicamente especializada en el desarrollo de sus propios relojes y estos, además, son de categoría de lujo, donde esta tecnología no había llegado hasta el momento.
Made in Google
Lo más sorprendente de todo es que el reloj no está fabricado en Suiza. Louis Vuitton ha desarrollado, como siempre, sus propios componentes, sin embargo, el ensamblaje se realiza en Estados Unidos. Esto se debe a que la empresa tecnológica Google es la encargada de personalizar el sistema operativo Android para que funcione con la misma precisión que los relojes analógicos de la marca Suiza. Por su parte, Qualcomm ha desarrollado los microprocesadores.
La decisión, si bien demuestra carácter adaptativo, también supone una necesidad imperiosa a raíz de la evolución del mercado. La Federación de Relojería Suiza ha constatado una caída constante en la venta y exportaciones desde hace años y 2016 ha sido el peor con diferencia, con un descenso del 10%.
Louis Vuitton y el resto de marcas del sector relojero de lujo, necesitan encontrar nuevo público más joven, interesado en las nuevas tecnologías dentro de estos productos y con valor adquisitivo como para pagar los 2.140 euros por los que se comercializan los Tambour Horizon.