Esta semana el Parlamento de Grecia se reunió con el primer ministro Alexis Tsipras, con el fin de debatir acerca de las duras medidas impuestas por la Unión Europa, si se quiere llevar a cabo con el plan de rescate acordado tras este fin de semana de referéndum.
Si bien la negociación con la UE terminó con la aprobación de un tercer rescate a 3 años por una cifra variante entre los 50.000 millones de euros y los 86.000 millones de euros, las medidas impuestas para que el rescate sea efectivo son más duras de lo previsto.
Esto ha provocado no sólo recelo entre la población griega y un malestar político creciente en el país, sino que ha afectado directamente al futuro del gobierno de Tsipras y una mayor desestabilización del euro, que cae como divisa respecto al resto de monedas del mercado internacional.
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Ayer, por ejemplo, el par EUR/USD se quedó en 1,0934, acumulando así un descenso de 0,14% durante todo el día. Una de las incertidumbres más acuciantes era qué sucedería con el deseo de la presidenta de la Reserva Federal de Estados Unidos de subir los tipos de interés, si Grecia finalmente salía del euro. Al no producirse esta situación, la demanda de dólares sigue siendo fuerte y los reajustes que sean necesarios para llevar a cabo este cambio en la política monetaria, no encontrarán obstáculo alguno.
Al respecto, la presidenta Janet Yellen confirmó que esta subida de los tipos de interés se produciría entre septiembre y diciembre del presente año, así como también informó de que la producción industrial se había incrementado por primera vez en 6 meses, llegando al 0,3%. Todos estos factores reforzaron el dólar que, a día de hoy, parte desde una situación de poder respecto al resto de divisas internacionales.